Llegaron al consultorio, Thomas se encontraba algo nervioso, pues era la tercera vez en este mes que corría por aquella intervención. Su madre cogía la mano de este para inspirarle confianza.

Y es que una curación en el mismo pie, dos o tres veces provocaba la sensibilidad en aquella extremidad.
El doctor; algo drástico, invito a que se recostara en la camilla y comenzó a inyectarle la anestesia, una aguja gigante se introducía en el pie de Thom, por lo que su madre (como la mayoría mujeres) con el miedo en el rostro, desvió la mirada.
-¿Sientes dolor?- Pregunto el doctor- Si sientes dolor, avísame para ponerte mas anestesia.

El paciente algo confuso y adolorido por la extracción con aquellas pinzas, pues la anestesia no surgía efecto; respondió afirmativamente (sin saber lo que ocurriría mas adelante), por lo cual el samaritano aplico le una porción mas de aquel liquido entumecedor.

Terminada la operación, la cual duro aproximadamente unos 20 minutos; el joven emprendió marcha con la dificultad que tiene uno cuando solo porta un pie para apoyarse, para suerte de este; mamá ofrecía su hombro para que así pueda aliviarse el dolor mientras avanzaba.
Ya en la sala de espera, comenzó lo inesperado. Thomas empezó de la nada a sentirse mareado, la cabeza le daban vueltas, el cuerpo de un momento a otro no le respondía. El corazón le latía fuertemente y al parecer a punto de brindarle deceso. Entro en el trance de la drogadicción forzada, Desesperado por lo sucedido, comenzó a pedir auxilio a su madre, quien al oír el llanto de su protegido acerco se inmediatamente a la enfermera; quien llevo al joven a la sección de EMERGENCIA de aquella clínica.

La madre con lágrimas en los ojos, pedía a Dios por su hijo; quien para gravedad de la situación, temblaba por los escalofríos y había dejado la cordura al hablar. Temía lo peor, en su rostro se podía notar la desesperación que escondía para no sembrar mas pánico del que tenía el muchacho.

Thomas algo inconsciente, escuchaba vagamente las palabras de su madre:
- Hijo tranquilízate, todo va a salir bien; confía en Dios
- Cariño, no te desesperes, relájate que me duele verte así.
Quien por la voz resquebrajada, notaba la angustia que en cada frase brindaba.

Llegaron los doctores (cardiología y medicina general), quienes comenzaron a tomarle el pulso y colocarle el marcapaso.
-Tiene principios de taquicardia - dijo el cardiólogo- enfermera, aliste la adrenalina por favor.

Al oír taquicardia, la madre del muchacho sintió un dolor en el vientre; aquel dolor que siente cada madre al ver su hijo en angustia. (He visto muchos casos, algunos le dicen el sexto sentido en las mujeres)...

-¿Cual es tu nombre hijo? -pregunto el doctor de medicina general- ¿Como te sientes?
El muchacho guardo silencio, pues no podía hablar y sintió que era ilógica la pregunta; ya que solo un ciego no podía darse cuenta en el estado que este se encontraba. Por lo cual el médico tomo una linterna y comenzó a examinar sus parpados.

Después de tantas observaciones, llamaron a la madre y comenzaron a darles detalles de la razón por el cual sucedió aquel percance.
Al parecer la anastasia inyectada, sobrepaso a la permitida en un adolescente, lo cual llevo a complicaciones en el sistema nervioso.
Por lo cual llamaron al doctor responsable de aquella negligencia; "este" asomo se con tono burlesco, ya enterado de lo sucedido y empezó a darle cara a la madre del paciente, galanteando de sus sabiduría absoluta como doctor.
- ¿Que paso?, estaba almorzando y me quitaron la cuchara de la boca- vocifero en tono burlesco el bufón de la medicina.
- Doctor, mi hijo tuvo complicaciones debido a la anestesia que usted le coloco- respondió mi madre- Creo que fue irresponsable de su parte, inyectar más de lo permitido en un adolescente.
-Espere un momento mamita, ¿responsable de lo sucedido?; el único responsable es su hijo. -Imaginen tal respuesta- Yo le pregunte si sentía dolor; a lo que él dijo que sí. Yo no puedo operar con dolor.
-Tiene razón doctor, pero supongo que la anestesia no hace efecto al instante; tendría que esperar unos segundos.
- Suposiciones señora en la medicina no sirven; la anestesia una vez que se combina con la sangre, brinda efecto al instante. Así que no quiera saber más que yo.

No esta demás decir que estas respuestas no fueron nada profesionales; y es que este doctor, debido a que mi madre por ser maestra, no es experta en medicina; quiso en pocas palabras cerrarle la boca y eludir de su responsabilidad.
Consultando con otro doctor, mi madre estaba en lo correcto; pues al inyectar la anestesia se espera unos minutos para que pueda surgir efecto.

Seguían debatiendo mi madre y el doctor, mientras que yo; debido a los efectos de la anestesia que aun seguían vigentes, quede dormido...

Pasaron alrededor de 2 u 3 horas promedio y mientras lograba despertar de aquel dormitar forzado logre ver que el doctor aun seguía al pie de la camilla.
Acercase con tranquilidad y con toda la ligereza se atrevió a pronunciar tal sandez:
-Lo ven, este muchacho no tiene nada malo; se hace el moribundo. Traigan al cura para que le dicte su Avías Corpus.

Estas palabras del bufón de la medicina, lograron enfurecerme que les juro; de no haber estado postrado en la cama, le daba contrariedad al asunto, por querer denigrar el coeficiente de mi madre y por el sarcasmo para conmigo...

En fin, lo que quiero dar a ver en este párrafo, es la lealtad y el sufrimiento compartido que tiende a verter una madre que ve a su hijo en dolor. Y el machismo, hasta en el profesionalismo, departe de los hombres para con las mujeres.

Esta por demás decir que la mayoría de hombres quiere tener la razón, aun no teniéndola. Lo cual es pecaminoso, pues uno siendo hombre, debe aceptar y enmendar sus errores; como dicen reconocer es de caballeros.

Gracias a todos los que lean este párrafo y desde luego a los que se tomen la molestia en comentar.
Este espacio va dedicado a todas las madres, en especial a la mía. Quienes siempre están ahí, como ángeles de la guarda, para sustentarnos en nuestras caídas.

Aprovecho el momento para compartir con ustedes, un poema dedicado "A MI MADRE"; espero les venga en agrado.
Cuídense mucho y MUJERES recuerden que este mundo, no es nada sin ustedes.